Jaime Barrientos González

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1 oct 2009

Decálago del turista solidario



Viajar a lugares exóticos y lejanos está de moda y quien ha tenido que trabajar duramente durante todo un año tiene todo el derecho del mundo a tomarse unas buenas vacaciones. Aunque cada día son más los que aprovechan esos días para ofrecerse como voluntarios en algún rincón perdido no es necesario convertirse en un Vicente Ferrer o en una Teresa de Calcuta para mostrarse solidario”.
1:Mentalidad abierta.

Respeta la cultura, tradiciones y religión del lugar que visites. No vayas con la mentalidad del “Gran Padre Blanco” que todo lo sabe y todo lo desprecia. Seguro que si comparas siempre encuentras algo mejor pero entonces no salgas de tu país sólo para criticar.

2: Respeta la Ley Natural.
No hagas nada que no harías en tu país o delante de tus seres queridos. La prostitución es una lacra de la pobreza: No compres miseria. Tampoco comprometas a nadie para que te consiga drogas o sustancias prohibidas: pondrías en peligro tu seguridad y sobre todo la suya.
3:
Dignidad ante todo.
No conviertas a las personas en mendigos profesionales. A los niños dales sólo comida, leche o zumos. Y es que si el niño gana mendigando en un sólo día lo que a su padre o a sus hermanos les cuesta una semana, o un mes, de duro esfuerzo, terminará por perdeles el respeto con lo que te habrás cargado toda la estructura familiar creyendo hacer un favor. Dale dinero sólo a las madres con niños y a los ancianos.
4:
Maletas de ida y vuelta.
Además de tu maleta lleva una bolsa de mano grande llena de cosas que ya no utilices pero acordes con las necesidades y costumbres del país. Esa bolsa, luego, te vendrá bien para guardar los recuerdos y regalos del viaje. Agujas e hilo, lápices, mecheros y bolígrafos son siempre bien venidos, igual que calzado, calcetines y productos de limpieza.
5:
Medicinas sí pero...
Todos llevamos medicamentos para prevenir ciertos riesgos como diarreas, dolor de muelas, etc., entrégalas el último día y si has padecido alguna enfermedad antes, y tienesmedicinas en tu casa, llevalas contigo pero no las des algremente. Acude a un dispensario o entrégalas en alguna organización benéfica local y si el prospecto no está en alguno de los idiomas internacionales (español, inglés, francés, árabe, etc.) pídele a alguien que lo traduzca. Procura que tengan una fecha de caducidad no inferior al año ya que los trámites de almacenaje y distribución suelen demorarse bastante.
6:
Flexibilidad y comprensión.
En algunos países nuestras costumbres occidentales pueden chocar fuertemente con las locales. Lo mejor para no equivocarse es preguntar al guía sobre asuntos como vestimenta y moralidad. Si viajas solo/a, espera a ver como reaccionan los habitantes del lugar antes de actuar tú.
7:
Idiomas.
No hace falta tener don de lenguas pero te sorprendería comprobar la cantidad de puertas que abre intentar hablar su idioma. Como regla general procura aprender al menos estas seis palabras: si, no, gracias, perdón y por favor. Más difícil es hacerse con su lenguaje gestual pero recuerda que culturas como las asiáticas o la árabe no intentan avasallarte. Lo que ocurre es que mantienen una distancia de proximidad en la conversación de sólo un metro mientras que en occidente se amplia a metro y medio. De todas formas, no olvides que una sonrisa se pronuncia igual en todo el mundo.
8: El tiempo.
La valoración del tiempo suele ser diferente. No pierdas los nervios si las cosas no se producen a la velocidad a la que te has acostumbrado en Occidente y recuerda que muchas veces el regateo sólo es una forma de mantener una conversación para enterarse de cómo son otros lugares: no todo el mundo tiene acceso a los medios de comunicación como Prensa o televisión y su único contacto con el mundo exterior son los turistas.
9: Pide ayuda.
La mejor manera de hacer un favor es pareciendo que lo pides. Hay gente tan pobre que sólo tiene dignidad: no se la quites abrumándoles con regalos que no pueden devolver. Hazles ver que no es una limosna, sino un obsequio en pago por sus buenos oficios. En muchos paises es frecuente que te den una foto de carnet para que les recuerdes: por si acaso lleva tú también unas cuantas tuyas en la cartera: si vuelves no te sorprendas si la han colocado en el lugar más destacado de la vivienda.
10:
Sin miedo
Evita los prejuicios. Ser pobre o ir mal vestido no es sinónimo de delincuente. No hagas mucho caso de los carteles que te avisan de peligros inexistentes: lo único que pretenden es que no salgas del recinto hotelero para que te gastes todo el dinero en ellos. Eso si, toma precauciones, no te internes sólo en lugares de mala fama local y no hagas ostentación de símbolos exernos de riqueza.

cómo defenderse del consumismo

El diseño y la publicidad se han aliado con la psicología y la sociología para convertir al hombre actual civilizado en el “homo cretinensis”, una especie de zombie con voluntad cero que sólo responde a los estímulos externos. Para tomárselo a broma si no fuera porque en Occidente se han desarrollado patologías relacionadas con el consumismo compulsivo y que han llevado a algunas personas a la depresión y al suicidio. Aprenda a distinguir los mensajes subliminales que le fuerzan a consumir sin control en bares, hoteles y restaurantes y a comprar enloquecidamente en las grandes superficies.

La relación entre los colores y el estado anímico de las personas es conocido desde tiempo de los caldeos. “Hasta bien entrada la Edad Media, había colores como el púrpura que sólo podían ser usados por determinadas clases sociales y el negro, por ejemplo, está reservado en muchas culturas a la casta sacerdotal, como en la cristiana o en la chiita. La Revolución francesa, por ejemplo, abolió el derecho de los nobles a usar determinados colores y perfumes en exclusiva” explica la historiadora Mayte García Andrade.
No es casualidad entonces que cárceles, colegios y lugares de trabajo conflictivos estén pintados de verde, “que tiene la virtud de tranquilizar -confirma la psicóloga Gloria Lorenzo-. El azul pálido, en cambio, se emplea en hospitales y cocinas por su efecto relajante y su relación inconsciente con el frío y la limpieza. Algo similar sucede con el blanco, el color de la virginiad y la pureza por excelencia”.Tampoco es fruto de la improvisación que en los restaurantes de comida rápida se utilicen unos colores y no otros. Eleuterio Población, arquitecto que ha construido decenas de hoteles en todo el mundo y que diseñó los interiores de los populares VIPS y BOBS reconoce que utilizó “la gama caliente en las zonas de restauración porque colores como el rojo y el naranja tienen la virtud de levantar el estado de ánimo de las personas”. Pero no sólo anima: el optimismo se vuelve contra el cliente que termina solicitando, y pagando, más de lo que va a consumir porque “come más con los ojos que con el estómago” como dice el castizo refrán. Pioneros en esta técnica fueron, como no, los norteamericanos MacDonalds y Burguer King, con sus llamativos negocios decorados en rojo, naranja y amarillo.
Como de lo que se trata es de que el usuario consuma la mayor cantidad posible de productos y que se marche enseguida hay otra serie de trucos para hacer que un cliente deje paso a otro en los bares y restaurantes. Primera regla: nada de permitir que la gente se eternice sentada en la barra. Si quieren estar más tiempo que ocupen las mesas que para eso hay un plus de servicio. Así que nada de taburetes. Pero si los hay, cuidado con los corrillos. Alborotan mucho. Lo mejor entonces es fijar las banquetas al suelo: es imposible mantener una conversación de más de dos personas sin tener la sensación de que se va sentado en el metro. Pero aún hay otro peligro: un estudiante puede querer utilizar la barra para repasar unos apuntes sentado. Se le disuade quitando la balda que está debajo de la barra en sí. Si no escarmienta se coloca ésta a una altura absurda, o muy alta o muy baja. De esta forma se evita también que los que están de pié hagan “barra fija” acodados. Por la misma razón se ha suprimido también el escalón o el tubo para reposar uno de los dos pies.
También la utilización de las luces ejerce influencias subconscientes: fuerte iluminación en los techos para que la vista tenga que bajar necesariamente al mantel-anuncio o a la lista de productos: la decoración remitirá directamente a la vida sana y las fotos e imágenes si las hay, combinarán sabiamente los conceptos de salud, higiene, vida natural y tecnología. Pero en eso los que si son unos auténticos genios son los especialistas en decoración de las grandes superficies y grandes almacenes.
No es casualidad que en las primeras plantas se encuentre siempre la sección de caballeros, “y es que los hombres son más reacios a ir de compras y hay que darles todas las facilidades -reconoce un interiorista industrial- Lo mismo sucede en los supermercados: ponemos la sección de motor y de trabajos manuales muy a la vista. En cambio los saldos los colocamos en los últimos pisos porque sabemos que el reclamo de los bajos precios será suficiente para interesar a la clientela independientemente de las molestias que pueda sufrir”. Otra técnica más moderna consiste en cambiar de lugar cada cierto tiempo las diferentes secciones para que el cliente tenga que recorrérselas todas y caiga así en tentaciones consumistas. Los mejores momentos para hacerlo sin infundir sospechas son las fechas tradicionales (Navidad, Verano, vuelta al cole, primavera), pero también con motivo del Día de la Madre y del Padre, de unas jornadas especiales o de productos procedentes de otros países.
Colores y música juegan un importante papel en los grandes almacenes: repetitiva, machacona y estridente en la zona jóven y atractivas voces que recuerdan las ofertas y novedades en otras plantas y secciones.

Pero quizá donde mayor sea el descaro es en los supermercados. Todo, hasta el último detalle, está pensado para invitar al consumo. Algunos tienen además la poca verguenza, en vez de regalarlas, de cobrar las bolsas pero cuidando muy bien de que usted haga publicidad gratuita de la empresa: sería el caso de la cadena Día, cobra cinco pesetas y sólo vende las que llevan el anagrama de la casa.
El tamaño de los carritos es la primera invitación al consumismo.Son gigantes. Así tendrá la impresión de que no tiene casi nada y que le queda mucho todavía por comprar. La segunda es más sútil. Muchos carritos tienen las ruedas de la derecha manipuladas. Y es que, como en Occidente se transita siempre por la derecha, inconscientemente el carrito nos va acercando a las estanterías donde se alinean los productos. Y...¿Por qué hay tantos productos iguales seguidos? Porque se ha demostrado que a la velocidad a la que anda un ser humano, la vista necesita entre un metro y medio y tres metros para fijarse en un objeto. Tampoco es casualidad que los productos más caros estén colocados a la altura de los ojos y que las ofertas se sitúen en las columnas medianeras y en los cruces entre pasillos.
Los niños, como productoy como reclamo también funcionan bastante bien y a ellos van dirigidos muchos de los mensajesy con ellos se montan muchos anuncios. Con la complicidad frecuente de marcas como Cocacola, Nike y sobre todo de la factoría Disney, a los niños y a sus padres se les cuelan todo tipo de productos. “¿Que una determinada empresa ha llegado a su tope y quiere destacarse de la competencia? Basta con troquelar en el producto de que se trate (galletas, chocolatinas, jerseis,chándales, etc) Teletubbies, Micky Mouses, guerreros galácticos o pitufos sabiendo que los menores pedirán a sus padres no el producto más sano o mas barato sino el que contenga referencias directas a su infancia” reconoce el psicólgo infantil José Pardo.
En los supermercados y grandes superficies es ya frecuente ver carritos de la compra infantiles, más bajos y pequeños para que los más peqeños de la casa puedan iniciarse en el divertido arte del consumismo. Si la tienda en cuestión no tiene ningún producto que ofertarles entonces, directamente, se crea un lugar exclusivo para ellos. Así no darán la lata y dejarán a papá y a mamá en paz para que puedan hacer sus compras y buscar gangas o novedades.
Los locales de comida rápida, pizzerías y hamburgueserías industriales, se nutren sobre todo de los niños y el resto de los restauradores se ha dado cuenta y ahora intentan competir con ellos ofertando menús especiales y “kid´s bags”.
Otro lugar en el que todo está diseñado para sacarle al cliente cuanto más dinero mejor son los hoteles de los paraisos tropicales y los complejos vacacionales de las costas. El método de miniciudad ideado hace años por el Club Medterranée ha sido adoptado por gran cantidad de hoteles que cuentan en sus instalaciones con todo tipo de servicios, tiendas y opciones para que se deje todo el dinero dentro del hotel. Así, por ejemplo, en las vallas de algunos de estos complejos pueden verse carteles con avisos disuasorios del tipo: “sale usted de la zona hotelera. Cuidado con sus objetos de valor”o más expeditivos como “Atención, sale usted de la zona vigilada”. Una buena manera de evitar que los turistas salgan a los pueblos vecinos y se enteren de que el recuerdo típico que acaba de comprar le ha costado diez veces más que en el mercadillo local.
Ningún dinero puede andar suelto. Ni el de las pensiones. Los viajes organizados para la tercera edad resultan ser muchas veces un largo y aburridísimo trayecto en autocar que termina en una más larga y aburrida disertación en la que un avispado comercial intentará venderles desde una batería de cocina hasta una enciclopedia por fascículos. Al final sólo les quedarán un par de horas a lo sumo para hacer la visita turística que les habían ofertado a precio de ganga.

Como defenderse
Ir a comprar comida siempre con el estómago lleno y llevar una lista con los productos que necesita.
Ir siempre en dirección contraria en un supermercado si observa que las ruedas de su carrito han sido manipuladas.
No entre nunca en unos grandes almacenes si está deprimido o ha tenido problemas. Es mejor y más bararo hacer ejercicio o ponerse en contacto con la Naturaleza.
No dejarse amedrentar por las miradas de superioridad de algunos camareros, porteros y jefes de comedor: son iguales que usted pero vestidos de una manera muchas veces anacrónica y ridícula. Si le miran displicentemente moviendo la cabeza de arriba a abajo limítese a decir: “no, por favor, reverencias no”.
No consienta el tuteo si no viene a cuento: está calculado para ver si usted es de los que se dejan avasallar.
Cuanto más nervioso y más alto hable un empleado menos posibilidades hay de que tenga razón. Si resiste sus gritos comprobará sorprendido que la otra persona se da por vencida y resuelve en un momento lo que antes le parecía inadmisible.
No permita que un empleado o un jefe intermedio deleguen la culpa en otros: Usted paga el servicio completo. Si el empleado es incapaz de resolver el problema exija que venga su jefe inmediato superior y así hasta que le den una solución satisfactoria.
En bares y restaurantes no permita que le sirvan platos como aperitivo sin informarse bien antes de si son obsequio de la casa o hay que abonarlos. Lo mismo sucede con el pan y la mantequilla. Si no los va a comer díga que no se los pongan. En cuanto estén encima de la mesa se los intentarán cobrar.
El cartel de “reservado el derecho de admisión” no es válido desde la reforma de todos los códigos en 1978 ¿¿¿¿¿????? No existe tampoco libro de reclamaciones pero si hoja de reclamaciones. Eso si, si ha consumido algo tendrá que abonar la cantidad antes de que se la entreguen.
Pongase en contacto con alguna de las muchas asociaciones y organismos oficiales que hay para defender los derechos de los consumidores.

CONVENCER ES VENCER
Adios a los gorilas y a los malos modos en los locales de moda. Ahora lo que se lleva son las técnicas disuasorias. En ciertas discotecas se limitan a mirar de arriba abajo y con suficiencia para colocar luego un: “Usted no es socio, ¿no verdad?”: Es prácticamente imposible contestar afirmativamente a una frase construida con una doble o triple negación. También se utiliza bastante el “perdone es que hoy hay una fiesta privada”.
Uno de los objetos que se echa a faltar en muchos bares y restaurantes es la jarra de agua. Si no especifica que la quiere de grifo hay un 99´9 por cien de posibilidades de que le traigan una embotellada. pero si lo hace le mirarán desconsoladamente mientras le dicen: “perdone es que no tenemos jarras”.
En los restaurantes, sobre todo en los lugares turísticos y culturales susceptibles de ser visitados por los extranjeros, y que emplean con bastante asiduidad los paradores nacionales, es poner el cartel de “reservado” en todas las mesas para de esta manera poder decir al cliente local que todo está completo y esperar a que lleguen los turistas armados de divisas. Otros, más descarados y con conocimiento de idiomas le espetarán directamente en inglés. Prueben si no a entrar en muchos de los pubs de Benidorm y de la Costa del Sol y verán lo que les sucede si no saben más que español.
Y en los chiringuitos y terrazas de moda, cuando un posible cliente no les gusta, le rinden por cansancio. Se limitan a no hacerle caso hasta que, desesperado, decide cambiar de sitio.

Tarjetas y pagos aplazados
Las compras a crédito mediante tarjetas se han disparado en los últimos años hasta el punto que es posible saber si un fin de mes ha sido bueno o malo con sólo ver en la calle a la gente portando las bolsas de la compra de la sección de alimentación de una de las primeras empresas españolas. Cuanta más personas lo hagán indicará que no han podido llegar a fin de mes mientras que si se ven pocas querrá decir que el dinero ha llegado y no ha hecho falta diferir el pago.
La única manera que han tenido los bancos y cajas de ahorro de superar el boicot que les habían hecho los pequeños y medianos comerciantes para que bajaran sus comisiones por el uso de tarjetas llevó a los directivos bursátiles a crear las tarjetas de fidelización que consiste en ir acumulando puntos cada vez que se realice una operación en un establecimiento público y la posibilidad de recibir regalos y participar en premios y concursos.

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